No sólo es la forma de programar la que está cuestionando la audiencia y ha obligado a los ejecutivos a cambiar los horarios históricos, también el modelo de negocios de la industria está haciendo aguas. Ya no basta con tener audiencia. Los canales de la TV Abierta están al menos sospechando que sus días de todopoderosos han quedado atrás.

El cuestionamiento al modelo de negocios quedó en evidencia cuando ya dejó de ser financiable esa TV de grandes estelares que hizo famoso Gonzalo Bertrán. Esos capítulos de “Martes 13” que traían a Julio Iglesias para tenerlo una noche buscando captar la audiencia y el rating con celebridades.

Pese a que los canales mantienen sus modelos anteriores de éxito, ya intuyen que el mundo ha cambiado, era que no. Como sea, persisten en tener un caballito de batalla que durante el verano les dé dividendos y poder reproducirlos por las mañanas. Sobre los costos, algo tendrán que decir los canales “más chicos” que tienen menos personal y una estructura más liviana y de costos más razonables. Varios académicos ya han dicho que el problema de la industria televisiva es estructural.

Por esto, es que la producción externa puede significar en estos tiempos de crisis una doble gracia para los canales generalistas, uno porque no absorben los costos de producción como un gasto fijo y dos porque la creatividad tampoco deben ponerla en juego.

Salida de ejecutivos, maratón de Los Simpsons, despidos y menos rating son algunas de las frases a las que la TV nos está acostumbrando a leer en la prensa. Cuando TVN informó que Vicente Sabatini y Pablo Ávila perdían sus cargos claves al interior del canal, las alarmas sonaron en toda la industria televisiva chilena, su salida es quizás, la prueba de que las cosas están cambiando. Y cómo no, si es dejar prácticamente todo un canal acéfalo, pese a que haya sustituciones. De que tembló en TVN, tembló.

La crisis financiera que atraviesa el mundo profundizó una tendencia que mostraba las oscuras aguas en las que está navegando la TV Abierta en Chile. A la cancelación de programas, se sumó una merma en la audiencia y además una caída en la inversión publicitaria en los medios de comunicación, pero en especial en la pantalla chica. Esto provocó despidos y más despidos en los canales y además el cierre de un departamento de prensa completo como ocurrió en La Red.

Pero sería darle una importancia mayor a la recesión al culparla de todo el mal que atraviesa la industria televisiva nacional. El descalabro en los canales responde a una crisis propia de los medios de comunicación, que ha afectado con mayor fuerza a la TV.

La crisis económica hizo relucir problemas con los que la TV ya debía ligar en el pasado muy reciente. La respuesta de los canales ha sido tardía por decirlo menos. La TV es el medio más golpeado por la era digital: Si en los ’80 seis de cada diez minutos que la gente dedicaba a los medios estaban dirigidos a TV en el 2020, no serán más de tres minutos de cada diez y esta constante ya es plausible en la realidad mediática actual.

La TV Abierta deberá sortear con creatividad los embates de este nueva realidad a la que se enfrenta. Hoy debe luchar con una mayor oferta: con más canales y más presencia del cable, simplemente hay una multiplicación de alternativas, y de ellas tendrá que hacerse para salir al paso y conquistar nuevamente su sitial de excelencia que por años ha construido.

A esto responden tantos movimientos en la industria. Los que, a su vez, se reflejan en pantalla. El director de programación de Canal 13, Vasco Moulian, y su propuesta de “televisión flexible” es un ejemplo. Con la manía por Los Simpsons, el retraso de su noticiero central, las repeticiones de viejos programas y cambios de horario, busca conquistar este público que ya no se reúne en familia a ver “Sábados Gigante”. Movida por lo demás que no tiene nada nuevo en el país ya que Mega lo hizo recortando el noticiario y dando más espacio a “Casado con Hijos” un programa que por esos días le hizo ver sólo cifras azules. Es que es cierto, hay productores que han comprendido mejor que otros estas señales.

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Frente a un escenario de mayor oferta, los canales van a tener que competir aún más por el tiempo de sus audiencias y sus gustos específicos serán un punto vital que deberán tomar en cuenta si se les desea conquistar. Hoy más que nunca los canales deben enfrentar la dictadura del control remoto, cada quién puede ver lo que quiera y cuando quiera.

Por supuesto que los grandes hitos continuarán y serán seguramente los que más dividendos le traigan a las arcas de los canales. Así el Festival de Viña del Mar, el Mundial de Fútbol de la FIFA o los Juegos Olímpicos seguirán siendo hechos codiciados por las estaciones, porque en esos episodios los chilenos se reúnen como lo hicieran antaño frente al Sábados Gigantes.

Serán casos puntuales estos hitos televisivos, la llegada de CNN y el modelo de un canal dedicado 100% a una temática es novedoso en Chile en la industria, pero no así para el público que ha podido ver Animal Planet si es amante de la naturaleza y ha tenido cable en los últimos 10 años. La llegada de CNN obedece necesariamente a que el mercado a cambiado.

Muchos ven de forma pesimista el futuro de la TV Abierta con la llegada de la Televisión Digital Terrestre (TDT), pero esto no debería ser así, pero claro, mientras no cambien el actual modelo de industria es muy fácil predecirlo de forma fatalista. En Inglaterra, los tres canales privados más importantes pidieron autorización al gobierno para fusionarse. Así de mal están económicamente. No basta multiplicar las señales. ¿Quién financia esas señales? ¿Cómo tú pagas una TV de calidad mínima con 20 canales en una ciudad como Santiago? Quizás no hay recursos para hacerlo.

Ahí Internet vuelve a recobrar valor, la TV tendrá que lavarse la boca antes de seguir ninguneando a los medios de comunicación a través del soporte Internet, porque en la red tendrán una posibilidad de supervivencia. Recientemente TVN contrató a Mario Boada quien ha dado nuevos bríos a esta área en la señal estatal y Canal 13 comenzó fuerte con su Tele Trece en la red de redes. El caso de Chilevisión es meritorio, ya que fueron los primeros en preocuparse de expandir su señal real a la Internet.

La televisión en los próximos años va a tender a profundizar los programas de nicho, una oferta programática más segmentada será visible más temprano que tarde. De lo contrario, ¿Cómo entender la guerra de los noticiarios que se libra en el Cable?

Los que auguraban que No se podía financiar una señal con 24 horas de noticias, sin dudas que lo hacían pensando bajo la mentalidad televisiva añeja. CNN en EE.UU. no vende rating, más bien vende media hora de noticias que repiten múltiples de veces, diciéndole al esponsor que su publicidad fue vista por 100 mil chilenos en tal día, porque entraron en cualquier momento del día a ver el noticiero.

 

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