El cine no intenta copiar la realidad, mas bien busca interpretarla, para lo cual requiere crear su propio lenguaje. Un Lenguaje Cinematográfico.

En el comienzo…

Lo que los Hermanos Lumiere inventaron en 1987 fue el cinematógrafo, aparato que hasta el día de hoy, a pesar de los avances tecnológicos, mantiene el mismo principio. Éste aparato solo cumplía la función de registrar la realidad, aun no había interpretación. La cámara y el proyector eran el mismo, mantenían el mismo eje. Ambos eran objetivos ante el mundo que una registraba y que el otro proyectaba. Pero uno de estos aparatos iba a cambiar la historia de la humanidad para siempre.

El cine, como lenguaje, tenia que madurar. Era necesario superar el mecanismo imitivo y transformarlo en un código interpretativo. Había que separar la cámara del proyector, había que romper el eje que los unía.
Las artes representan vida, representan la realidad. El cinematógrafo es el medio expresivo que mejor capta esa realidad. Nuestra realidad. Es el Santo Tomas Apóstol quien exclama: hay que ver para creer. A través del cine creemos en nuestra realidad porque la vemos.
Pero el cine va mas allá. El cine es mágico. Es mágico porque al crear la ilusión de movimiento a través del cinematógrafo hace relación a la vida. Una nueva forma de ver la vida, de vernos a nosotros mismos.

¿Realidad mágica?

Antes del cine, la magia cedía su lugar a la ciencia. La ciencia desmentía, era el porque y el cómo de la realidad humana. Fue Georges Melies quien transformó el aparto científico de un pasivo captador de imágenes a un instrumento mágico. Ahora era la ciencia quien creaba magia. La historia de la humanidad había tomado un giro inesperado y algo absurdo. La ciencia estaba al servicio del arte.

Para fortuna nuestra, la cámara sufre un desperfecto en plena filmación, para después continuar funcionando. Obviamente, nadie se percata de lo ocurrido. Mas tarde, al proyectar en la pantalla el material filmado, los espectadores son desconcertados al ver como un tranvía que iba pasando, súbitamente se transforma en un carro fúnebre. El espacio pasa a ser uno de los pilares fundamentales de lo que hoy llamamos el montaje cinematográfico.

Por otro lado, uno de los cortos de los Hermanos Lumiere muestra el desplome de una muralla y acto seguido su reposición al lugar original. Proyección al revés, el mundo al revés, la burla del pensamiento científico a través de un aparato científico: gran éxito para la humanidad. El tiempo es el otro pilar fundamental del montaje cinematográfico.

Es así como el espacio y el tiempo crean el montaje. Y es a través del montaje que el cine comienza a hablar. Nace el Lenguaje Cinematográfico. Estamos vivos si nos movemos, y el cómo lo hacemos es el lenguaje.

Éxito internacional.

Ya en 1886 fue exhibido el cinematógrafo en Valparaíso. A solo un año del invento las películas ya habían sido exhibidas en los cinco continentes. Si se piensa en la lentitud de los barcos de entonces, resulta asombroso éste éxito tan instantáneo.

La universalidad tiene una explicación concreta por éste éxito inmediato: el nuevo invento era mudo, y eso lo liberaba de las inevitables traducciones que las diversas culturas han requerido para entenderse entre sí. El cine nacía inocentemente de la maldición de Babel.

Desde 1895 hasta 1927 se desarrolla el periodo mudo del cine. En solo tres décadas el nuevo lenguaje alcanzó su plena madurez, lo que le permitió crecer hasta que los niveles industriales justifiquen su importancia y alcanzar profundidades artísticas que nunca sospecharon los Hermanos Lumiere. Ambos vivirán lo suficiente como para ver al mundo transformado por su invento. Auguste, el mayor, falleció en 1954 y Loius, según lo que se dice, el verdadero inventor, en 1948. Ambos lograron ver el fenómeno que creo su invento. Un invento que cambió la historia y el futuro de la humanidad.

Nuestro cine, lengua universal.

Gracias a su propio lenguaje, el cine tiene una infinidad de formas para expresar el comportamiento humano, o mejor dicho, de interpretarlas. Al mismo tiempo, éste lenguaje es hablado y comprendido en todo el mundo. Es un lenguaje que sobrepasa todas las fronteras al no tiene dueño. El cine pertenece a la humanidad, el lenguaje cinematográfico una lengua universal.

El cine, al pertenecer a la humanidad cumple una función social. ¿Por qué? Primero para crear conciencia de que pertenecemos a una época de colectivización y solidaridad cultural como nunca antes en la humanidad. Y segundo porque el cine es de verdad, aunque sea de ficción. Todo lo importante a nivel planetario ocurrido desde hace mas de un siglo ha sido filmado. Segundo, el cine refleja por sobre todo al espíritu humano y a toda la humanidad. Nuestra historia ha sido contada oralmente, después a través del lenguaje escrito, y ahora a través del lenguaje audiovisual. En el futuro, el pasado será aquel que ha sido filmado. Los otros acontecimientos dejaran de existir. ¿Es el cineasta el encargado de contar la historia de la humanidad? Tercero, la importancia social del cine adquiere otro valor: el cine es la alimentación de nuestro imaginario, individual y colectivo. El cine no solo es nuestro pasado, sino también será nuestro futuro. El cine nos permite soñar, el cine nos hace creer, el cine nos hace vivir.

Instrumento de manipulación.

Ya que el cine apela directamente a las emociones, es fácil que se vuelva un instrumento de propagación ideológica. La experiencia de ver una película es mucho más densa y compleja que el de la popular diversión con que el fenómeno tiende a disfrazarse. Y es que entre las imágenes y los sonidos se guardan casi todos los tesoros del acervo espiritual humano.

Todo lenguaje busca expresar una cierta visión de la realidad, que dicha expresión se parezca mas o menos a la realidad de la cual se nutre es relativamente secundaria con respecto a sus más profundos objetivos. El cine es un lenguaje. El cine no copia, refleja. El cine simboliza. En lo anterior hemos establecido una diferencia cualitativa y funcional entre lo que seria la lengua, un mecanismo comunicacional, y el lenguaje, la forma en que dicho mecanismo se utiliza.

Muchas veces, en el arte, es más relevante el cómo que el que. Incluso el tema da lo mismo, sirve solo de pretexto. Lo fundamental es la forma que adquiere el tema para afectar nuestra sensibilidad e imaginación. Para eso es importante que todo lenguaje debe saber utilizar las dimensiones en que nuestro pensamiento y percepción del mundo se expresan: el espacio y el tiempo.

La división de éstas dimensiones, tiempo y espacio, es puramente una abstracción intelectual, ya que en la experiencia real no podemos concebir el espacio sino a través del tiempo y viceversa. Las leyes de perspectiva también son influenciadas por el espacio y el tiempo.

Perspectiva.

Estas leyes nos enseñan que a mayor distancia menor es el tamaño del objeto, y viceversa. Obvio, ¿no cierto? Esto en el cine tiene una importancia central, la cámara salta en el espacio, se acerca y se aleja de los objetos, los hace salir del encuadre o los deja fuera del foco de mayor nitidez. Estas diferentes distancias constituyen la escala de planos, la que podría resumirse en unos pocos, pero amplios grupos, los que están en directa relación con los diferentes niveles de percepción del espacio.

1. Dios, el mundo, la naturaleza: corresponde a los planos muy generales, donde el hombre es apenas una silueta, un anónimo sujeto.

2. El hombre, lo social: cuando el anónimo sujeto pasa a ser un individuo reconocible.

3. El rostro, las emociones, el alma: el cuerpo humano se ve fragmentado. El movimiento es cada vez mas interior y el cine nos da una experiencia inédita de las oscilaciones del alma humana. Por aquí se asoma toda la intensidad del arte cinematográfico.

4. Los niveles de cámara se suelen utilizar para adjetivaciones más directas. La perspectiva es forzada, el espectador obligado.

5. Cada imagen dura en pantalla un tiempo determinado. La suma de estos tiempos crea una percepción, una sensación. En el cine el hombre controla el tiempo; controla el pasado, el presente y el futuro; controla su destino. En el cine, el hombre es Dios.

6. A través de los ángulos recorremos el espacio. Como se muestra el recorrido es una percepción. Un recorrido rápido o lento, fluido o saltado influye la percepción lo que influye en el espacio.

7. El corte cinematográfico guarda mucho del misterio del cine. Cada corte es una síntesis temporal y también espacial. Cada corte es una expresión del lenguaje, cierra una toma o inicia otra. Aveces el corte dice mas que la toma.

Es así como los fragmentos componen la obra, son su esencia. Todo está cuidadosamente analizado, premeditado, y manipulado. Los fragmentos por si solos no hablan, no provocan, tienen que ser unidos. Del todo nacen las emociones.

El fotograma es el equivalente a una palabra de un lenguaje, y que, al juntar varias palabras, se crea una frase, lo cual es meta significado. La frase cinematográfica está compuesta por varias tomas diferentes. – Vsievolod Pudovkin (1893 – 1953), teórico y profesor de cine.

El cine soviético.

En 1919, Lenin, fundador de la Unión Soviética, nacionaliza la industria cinematográfica del país, la que pasa a tener un rol propagandista con estricto control estatal y racionamiento de los bienes. Ese mismo año se funde la primera escuela estatal en el mundo para enseñar el nuevo arte, dirigida por Vladimir Gardin. Al poco tiempo se abre la segunda escuela, dirigida por Lev Kulechov, el primer teórico de la historia del cine, que enseñaba a sus alumnos el montaje como un medio radicalmente nuevo de construir la narración cinematográfica desde sus componentes básicos (los planos) en un enfoque similar al del movimiento artístico constructivista. Entre los alumnos de Kulechov estaban los futuros maestros del cine soviético, Vsevolod Pudovkin y Sergie Einsenstein.

El cine soviético era la vanguardia y evolucionó rápidamente después de 1924. Eisenstein, Pudovkin, y Alexandr Dovzhenko utilizaron el montaje para crear una nueva dinámica visual, un nuevo lenguaje, en películas también de contenido revolucionario. El montaje fílmico demuestra su verdadero poder. El cine, aunque mudo, ruge por primera vez.

A rasgos generales, se pueden identificar cuatro tipos de montajes fílmicos:

1. Montaje Intelectual: Tomas opuestas son yuxtapuestas para enfatizar su diferencia. Las tomas, como conclusión, están en colisión una con la otra. La lectura y posterior conclusión que hace el lector de este tipo de montaje requiere de su participación activa para sustraerle un significado al filme en cuestión. Es la teoría de montaje creado por Eisenstein (A + B = C).

2. Montaje Constructivo: Se usan planos individuales y fragmentados que conforman el todo. Son planos que no están en conflicto uno con el otro. El espectador debe reconstruir el todo a través de los planos, el significado es la suma del todo. Es la teoría de montaje creado por Pudovkin (A + B = AB).

3. Montaje Hollywood: Se utiliza para mostrar una rápida sucesión de eventos sobre un largo periodo de tiempo. Las diferentes tomas están elaboradas para crear una sensación de fluidez y de continuidad. No busca romper, sino más bien seducir.

4. Montaje Rápido: A través del montaje se busca crear suspenso o tensión. La duración del plano, y la variación del encuadre, juegan roles importantes en este tipo de montaje.

El montaje fílmico debe siempre estar en función de la historia. Si el cine tuviera un principio por la cual tuviera que regirse, seria la anteriormente mencionada. Todos los recursos del lenguaje cinematográfico van en función de la historia que se va a contar. La historia es la obra, el lenguaje las herramientas, los planos el abecedario.

Conclusión.

A través del montaje el cine logra crear sensaciones verídicas. Cada vez que uno ríe, tiene miedo, o tristeza, estamos siendo seducidos por un arte complejo y mágico. Gracias al montaje, el cine logra hablar de lo humano a través de lo humano. Es ahí donde yace el verdadero encanto del cine, vernos a nosotros mismos. No son solo acontecimientos históricos los que son filmados, el cine también registra la esencia humana. Es verdad que el cine es solo una interpretación de la realidad, una interpretación de nuestra esencia, pero recordemos que esa interpretación la hacemos nosotros mismos, el cine es solo el lenguaje que utilizamos. Al ver cine, nos reímos de nosotros mismos.

Al mismo tiempo, el cine es una herramienta poderosa, es una arma propagandista, y el publico, una marioneta. Al estar sentado en una sala de cine, el ser humano voluntariamente abre su mente, voluntariamente se expone, voluntariamente acepta. Decir que el cine es solo un espectáculo es negar la existencia de un lenguaje, un lenguaje desarrollado exclusivamente para controlar nuestras emociones. El ser humano es un ser emocional y el cine, a través del habla, logra manipularnos. Sentado en la sala de cine, el creador ésta a merced de su propia creación.

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